Los franceses en la fotografía latinoamericana

Como parte de un determinado proceso de tipo cultural, económico o histórico, algunos pueblos y culturas se hallan vinculados a los inicios y el desarrollo de los grandes y pequeños inventos, las múltiples creaciones o técnicas que se aglutinan hasta hacerse inadvertidos para nuestra cotidianidad. Así, en las diversas etapas de la historia de la fotografía es numerosa la representación francesa, no sólo, por supuesto, en Europa sino también en nuestro propio continente.

Desde los “puntos de vista” y el daguerrotipo, creados por Joseph Nicephore Niepce y Jean Louis Daguerre, respectivamente, son franceses quienes promueven la existencia del invento. También franceses fueron Hippolite Bayard, desafortunado inventor de la fotografía a papel o “calotipo”, Niepce de Saint-Victor, primo de Niepce que creó la fotografía de vidrio albuminado y las “niepcecromías” –interesantes experimentos de la fotografía a color- : Gustave Le Gray; Jacob Le Blond; los Hermanos Lumière; Leopold Mannés y Félix Tournachon, Nadar, sólo por mencionar algunos de los hombres de esta nacionalidad comprometidos, en diferentes momentos, con el desarrollo técnico de la cámara y sus implementos.

En Venezuela algunos de los más importantes fotógrafos o eran franceses de nacimiento o al menos descendientes de los galos; francés fue Antonio Damirón, el comerciante que trajo el primer equipo de daguerrotipia al país; también franceses eran el armero y fotógrafo Monster Antoine, celebre en sus dos oficios en la Caracas de antaño; Prósopero Rey, hombre dedicado a mil profesiones, que se destacó en la sociedad caraqueña de mediados del pasado siglo con su estudio de fotografía “La Galería de Cristal”, y Henrique Avril, quien merece un puesto de honor en la historia venezolana de la técnica, por la calidad de sus trabajos.

En Brasil, tenemos a Hércules Florence, a quien hemos hecho referencia en otra ocasión, y quien también y por su parte inventó la fotografía en 1833. Florence vivió 55 años de su vida en el vecino país al cual llegó en febrero de 1824, cuando cumplía exactamente 20 años de edad. Allí, desarrolló una importante y versátil actividad como diseñador, pintor, tipógrafo e inventor.

De la necesidad de difundir sus estudios sobre los animales surgió la idea de abrir su propia imprenta, ya que para la época sólo existía una impresora en la provincia de Sao Paulo. De la imprenta de Florence salió el primer diario de esa provincia.

Los primeros años de su estadía en Brasil los dedicó básicamente a realizar trabajos tipográficos. En 1825, se enroló en una expedición por el interior del país dirigida por el ruso Langsdorff y patrocinada por los zares Alejandro I y Nicolás I de Rusia. Mientras, escribió su diario L´Ami des Artes Libré a Lui-Reme… que fue publicado 46 años después por el vizconde de Taunay, en el tomo 38 de la revista trimestral del “Instituto Histórico y Geográfico Brasileño”. En 1830 se casó por primera vez en Vila de Sao Carlos con una brasileña, su segundo matrimonio fue con una francesa y entre ambas mujeres le concibieron veinte hijos. En esa época dio inicio a numerosos experimentos de reproducción, esta vez de la imagen, que lo llevaron a trabajar con las impresiones a plena luz, descubriendo –al margen de los experimentos de Niepce y Daguerre- el proceso fotográfico.

El biógrafo de Florence, Boria Kossoy, narra en su obra Hércules Florence 1833: o descoberto na fotografía no Brasil, que para demostrar la veracidad de los argumentos del inventor logró en 1976, que en el Rochester Institute of Technology, se repitieran fielmente los procesos descritos por éste en sus manuscritos, llegándose a comprobar totalmente lo exacto de tales afirmaciones.

Se puede apreciar que también en el caso de la fotografía, al igual que en el de otros inventos, algunos se llevan honores y glorias –generalmente con un mínimo esfuerzo-, y otros son olvidados por la historia, no siendo conocidos ni valorados sino mucho tiempo después de su fallecimiento. Hércules Florence, por lo visto, pertenece a este segundo grupo, ya que como bien dice Kossoy, a pesar de lo resaltante de sus investigaciones apenas ahora nos enteramos de sus descubrimientos, por lo que no ha sido incluido –como merece- en los textos clásicos acerca del tema.

No Comments

Post a Comment