La fotografía de guerra en Venezuela

La fotografía de guerra en Venezuela

El primero de junio de 1962 se produce en Puerto Cabello una sublevación militar a la que popularmente se da el nombre de “El Porteñazo”. Allí está presente el fotógrafo venezolano Héctor Rondón, quien se aventura con su cámara en los terribles sucesos que dejarán un elevado saldo de muertos y heridos.

Entre las imágenes recabadas por él, destaca una fotografía que recoge una escena muy simbólica: un sacerdote levanta del suelo a un soldado gravemente herido que se aferra a su sotana con desesperación. Esta imagen, publicada en revistas y periódicos, dará la vuelta al mundo y será objeto de numerosas polémicas, en algunas de las cuales incluso se cuestionará su veracidad. Luego se hará acreedora a varias distinciones internacionales (fue galardonada ese mismo año con el primer premio en el Concurso Internacional de Fotografía de Prensa, celebrado en La Haya y, posteriormente, con el Premio “Pulitzer”).

El Porteñazo - Héctor Rondón - Fotografía de guerra en Venezuela

Este tipo de fotografía que podríamos denominar bélica surgió en Venezuela tardíamente, desarrollándose de manera tímida en relación a los trabajos de su índole producidos en otros lugares del mundo.

La fotografía de guerra en el extranjero tiene una larga e interesante historia que se remonta, según el número 55 de la revista PHOTO –de abril de 1972, pp. 32-41–, a 1.855, en la Guerra de Crimea, donde Roger Fenton captó una pacífica y hasta alentadora imagen del encuentro bélico.

Timothy O´Sullivan y otros fotógrafos en 1863, durante la Guerra de Secesión Americana, lograron un tipo de fotografía realista y crítica, en el cual se puede observar la verdadera cara de la guerra.

A estos “aventureros” los sucede un grupo de valerosos hombre, entre los que cabe mencionar a Robert Capa y Eliot Elisofon, cuyos trabajos acerca de la Guerra Civil Española (1936-1939) y de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), respectivamente, son un legado fotográfico de inmensurable valor, dada su trascendencia.

En Venezuela las primeras fotografías sobre el tema pertenecen a Henrique Avril, el notable fotógrafo barinés descendiente de Napoleín Avril, el francés que junto a su compatriota Morton Keratry participara en la Guerra Federal como voluntario.

Las tomas fotográficas a que hacemos referencia son de 1902, fecha de la “Revolución Libertadora” del general Manuel Antonio Matos.

La temática expresada en estas gráficas no representa la acción bélica, ya que ni siquiera aparecen las tropas en los preparativos de lucha, sino que retratan más bien las consecuencias de estos encuentros o para decirlo con la voz de Humberto Cuenca en su obra Imagen Literaria del Periodismo, p.191: …”Las fotos de Avril revelan plásticamente la realidad muy humana y sensible de un país desmantelado por el persistente saqueo de caudillos mediocres, pero ambiciosos…”. La única vez que dicho artista capta a un grupo militar, éste se halla en formación y nada denota que se encuentre a punto de entrar en combate. Más tarde, artistas como Luis Felipe Toro, también realizarán fotografías con estas mismas características.

Entre tanto, los retratos de miembros del Alto Mando del Ejército son una constante desde los mismos inicios de la fotografía (daguerrotipia) e incluso antes (dibujo, pintura, litografía y grabado). En esto, vemos una expresión de la rígida estratificación social y las pocas posibilidades de participación de una gran parte de la población venezolana   durante el pasado siglo XIX y comienzos del actual.

La contradicción existente entre las numerosas sublevaciones, guerras y guerrillas que se desarrollaron en la historia nacional y un posible “desinterés” de los fotógrafos sobre el tópico no deja de inquietarnos y esperamos por lo tanto obtener en el futuro alguna respuesta.

Este artículo fue publicado originalmente en el diario EL NACIONAL, Caracas, 11/11/1979, pág. A–5.

Créditos de la fotografía:  Cover foto: “Nederlands: World Press Photo 1962, de winnaar Héctor Rondón Lovera”, de Harry Pot / Anefo. 27 Noviembre de 1962, Nationaal Archief, Holanda.

     Foto interna: Héctor Rondón, Puerto Cabello, 1962.

 

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