Un marco para la fotografía

Cuando emprendemos el estudio reconstructivo de la historia de la fotografía en Venezuela, nos encontramos desorientados ante una enorme cantidad de datos, fechas y nombres que hasta ahora lucen inconexos, por lo que requieren, sin duda, de un marco de referencia donde ubicarlos, que permita entender su proceso histórico.

En otras palabras, al enfrentarse a un campo de la historia apenas explorado –es también el caso de la olvidada historia del cine nacional–, se requiere de una sistematización de la información recabada, para lo cual hay que acudir necesariamente a los discutidos y discutibles criterios de periodificación.

Estos pueden ser de tipo cronológico, político, militar,  económico,  cultural, social  o,  como  en  el caso concreto de la fotografía, podría adoptarse cualquiera de los anteriores o uno de carácter técnico o temático. Como bien sabemos, los criterios de periodificación que han prevalecido en los estudios históricos nacionales han sido los de tipo político o militar.

Nuestra historia aparece seccionada tantas veces como gobiernos ha tenido, –o, para ser más exactos, gobernantes–, y es así como se habla comúnmente del tiempo de Guzmán Blanco o el de Cipriano Castro o más recientemente los de Betancourt o Caldera.

También se ha pretendido  englobar los acontecimientos del país en momentos señaladores de una circunstancia histórico-militar, que establecen una relación de dependencia con la historia europea: “Descubrimiento, Conquista, Colonia e Independencia”. Esta última división es la que se usa generalmente en los programas escolares sobre la materia.

Ha habido, sin embargo, numerosos intentos por imprimir otra óptica. Entre ellos destacamos los estudios socioeconómicos de Federico Brito Figueroa en su Historia Económica y Social de Venezuela,  así  como  las interesantes proposiciones metodológicas de Germán Carrera Damas en Historia Contemporánea de Venezuela, entre otros autores y obras.

Cabe señalar, no obstante, que cualquier criterio que se aplique en cualquier campo de la historia será simplemente un recurso teórico que, en ningún caso, puede ni debe esclavizar o limitar al investigador, por cuanto nunca llegará a representar el devenir histórico en su totalidad y complejidad.

Mas,  ante  la  necesidad  de  este  instrumento, hemos optado por aplicar a nuestro trabajo criterios provisionales de periodificación que faciliten la labor en esta fase introductoria del estudio histórico de la fotografía.

En primer lugar, hemos adoptado un criterio que podría denominarse cronológico global, que consiste en dividir en dos grandes bloques los hechos más importantes. Así, puede hablarse de una historia de la fotografía del siglo XIX y/o del siglo XX.

Estamos conscientes de que esta división es imperfecta y presenta un cúmulo de problemas y dudas como –por sólo mencionar una–, ¿cuándo comienza el siglo XX de la fotografía en Venezuela? Se trata de una pregunta de aparentemente fácil respuesta por cuanto existe la convencionalidad de dar por iniciado el presente siglo en el año 1901, lo cual  es  exacto  en  la  vida  diaria  pero  no  en  el terreno que nos ocupa, ya que los fotógrafos que trabajan y crean a principios del  siglo XX, como Henrique Avril, Miguel Vidal Souzet, Miguel Ángel Balda, Juan B. Benzo, Pedro Manrique, Luis Felipe Toro y otros muchos que no viene al caso mencionar, nacieron en el siglo XIX y, en la mayoría de los casos, incursionaron en la profesión antes de la fecha inicial del siglo XX.

También es difícil juzgar por la madurez artística de los nombrados o la evolución de la técnica, cuando se carece de informaciones precisas que permitan adelantar cualquier tipo de interpretación.

Dentro de ambas parcelas seculares hemos delimitado otras de índole técnica, también provisionales, que permiten vislumbrar a los fotógrafos en su contexto.

De esta manera, puede hablarse de una primera etapa del siglo XIX a la que denominamos Ciclo del Daguerrotipo, y que comienza en 1841, fecha del ingreso del invento al país. Una segunda a la que designamos como Ciclo de la Fotografía a Papel o Calotipo, basándonos en la llegada de esta técnica a Venezuela, según parece, en 1852.

El siglo XX, lo seccionamos en dos partes: Ciclo de la Fotografía en la Prensa, en el cual se manifiesta un estado especial de la técnica y cuya fecha clave es 1889, momento que señala la aparición de la primer  fotografía  en  una publicación periódica venezolana.

Y  Ciclo de la Fotografía al Magnesio  o Nocturna, que abarcaría aproximadamente desde 1930,  cuando  se  usa  o  comienza  a  usar,  de acuerdo a las informaciones con que contamos, el polvo de magnesio.

Debido a la ausencia casi total de estudios en torno a los últimos cincuenta años de la fotografía en el país, aún no nos aventuramos a señalar otro ciclo o ciclos que corresponderían a los años en los que, paradójicamente, la fotografía pasa a formar parte de la cotidianidad del venezolano.

De  ninguna  manera  estos  esquemas  son  ni pueden ser definitivos y tendrán que sufrir modificaciones en la medida que se acopie mayor número de información y se comience a trabajar de forma selectiva en cuanto a materiales, técnicas y, sobre todo, fotógrafos.

Este artículo fue publicado originalmente en el diario EL NACIONAL, 24/02/1980, pág. A–5.

 

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